Durante estos días en que los informativos no dejan de asustarnos con nevadas y temperaturas récord, es conveniente infundirnos coraje recordando la figura de Harriet Boyd Hawes (1871-1945). Aunque quizá no te suene su nombre, esta valiente arqueóloga y enfermera norteamericana desempeñó un papel fundamental en la guerra greco-turca y realizó algunos descubrimientos extraordinarios en el campo de la arqueología. Harriet llegó a Grecia en 1897 y se encontró con una revuelta nacional. Su falta de experiencia como enfermera no le impidió ser designada para dirigir un hospital de campaña en la zona de combate.
Tras el fin del conflicto, Boyd Hawes se empeñó en hacer algo inédito para las mujeres de su época: organizar expediciones arqueológicas. Esta determinación dio como fruto el hallazgo de la antigua ciudad minoica de Gournia en 1901. El ejemplo de Harriet es un gran estímulo para conservar el valor en estos tiempos tan sobresaltados.
