La enfermería como fuente de inspiración literaria

¿Te imaginas a una enfermera como protagonista de una obra de ciencia ficción? Pues eso es precisamente lo que propone el escritor y científico Isaac Asimov, nacido un 2 de enero de 1920, en su relato largo “El niño feo” (The Ugly Little Boy), publicado originalmente en 1958.

El argumento de esta narración, titulada alternativamente Lastborn, plantea una situación hipotética: la enfermera de maternidad Edith Fellowes contesta un anuncio donde se solicita “una mujer con conocimientos de fisiología, experiencia en química clínica y amor a los niños”.

El misterioso empleo consiste en cuidar de Timmie, un niño Neanderthal que ha llegado al siglo XX tras hacer un viaje en el tiempo. La actitud de la enfermera Fellowes, que se encariñará del pequeño troglodita y hará lo posible por protegerlo del equipo de investigadores, se corresponde con el modelo teórico humanista de Hildegard Peplau.

La enfermería como fuente de inspiración literaria.

Pilar Díaz, presidenta de CTO.

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