Probablemente nunca hayas oído hablar de Philipp Franz von Siebold, un médico y naturalista alemán que introdujo en Japón los últimos descubrimientos de la Medicina europea en el siglo XIX. Tras ser destinado como facultativo a un establecimiento comercial holandés de Nagasaki en 1823, Siebold fundó una academia privada para la enseñanza de la medicina donde acudieron médicos de todos los rincones del Japón, interesados en conocer los avances científicos más recientes de Occidente.
Siebold nunca cobraba honorarios por sus servicios médicos, pero sus pacientes le compensaban regalándole obras de arte y manualidades que acabó exponiendo en Europa cuando regresó a su país en 1830. Sus años de estancia en Japón también le convirtieron en un experto en la botánica del país oriental. Ejemplos como el de Siebold nos enseñan que hay algunos médicos que, más allá de su campo de especialización, han contribuido enormemente al acercamiento de culturas diferentes.