Médico residente: qué es, funciones y sueldo

Nacimiento de la figura del MIR

Fue en el año 1961 cuando, en el Hospital General de Asturias, bajo la dirección del Dr. Carlos Soler Durall, se puso en marcha el sistema MIR de formación de médicos especialistas. Este sistema fue definido en sus inicios como:

“Una formación reglada y de carácter oficial que tiene como objeto dotar a los profesionales de los conocimientos, técnicas, habilidades y actitudes propios de la correspondiente especialidad, implicando tanto una formación teórica y práctica como una participación personal y progresiva del especialista en formación en la actividad y en las responsabilidades inherentes al ejercicio autónomo de la misma”.

La primera convocatoria de plazas de médicos internos y residentes fue en 1977.
En la actualidad, una vez terminada la carrera de medicina, los médicos deben prepararse para presentarse el examen MIR (Médico Interno Residente), prueba exigida a médicos, españoles o extranjeros, para acceder a una plaza de médico especialista en formación en el Sistema Nacional de Salud español.

Actualmente, la prueba MIR, consiste en un cuestionario de 200 preguntas tipo test con cuatro opciones, pero solo una es válida. El cuestionario se completa con 10 preguntas de reserva en caso de que existan problemas de erratas o de formulación, su duración máxima es de 4 horas y media. Además, la nota obtenida en este examen representa un 90% de la calificación final, mientras que el restante 10% corresponde al expediente académico.

¿Qué es un médico residente?

El médico residente en España desempeña un papel fundamental en el sistema de salud. Su figura, se enclava en una etapa crucial en la formación de los profesionales graduados en medicina que, después de completar sus estudios universitarios, deciden especializarse en una determinada rama médica, como puede ser pediatría, dermatología, cardiología, entre otras. Para ello, es necesario realizar un período de formación especializada, que se conoce como residencia.

Durante este período, los médicos residentes tienen la oportunidad de aplicar los conocimientos adquiridos en la universidad a situaciones reales, realizando tareas clínicas en hospitales y centros de salud, y de tener una formación intensiva y práctica, donde adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para convertirse en especialistas. Todo ello bajo la supervisión de médicos especialistas que les guían y les enseñan las técnicas y procedimientos necesarios para el diagnóstico y tratamiento de pacientes.

Una vez iniciada la residencia, los nuevos R1 (connotación que se les da a los nuevos residentes), rotan por diferentes servicios y especialidades médicas, adquiriendo experiencia en áreas como medicina interna, pediatría, cirugía, ginecología, entre otras más. También participan en actividades docentes y de investigación.

¿Cuáles son las funciones del médico residente?

La labor del médico residente no se limita única y exclusivamente a la atención clínica. También deben aprender a manejar situaciones de emergencia, trabajar en equipo, comunicarse eficazmente con los pacientes y sus familias, y tomar decisiones médicas éticas y fundamentadas.

La figura del médico residente es clave para el funcionamiento del sistema de salud en España. Su trabajo contribuye a garantizar la calidad y eficiencia en la atención médica.

El médico residente en nuestro país tiene varias funciones y responsabilidades dentro del sistema de salud.

  • Atención clínica: bajo la supervisión de médicos especialistas y con experiencia, los residentes brindan atención médica a los pacientes en hospitales y centros de salud, además de, llevar a cabo evaluaciones médicas, realización de diagnósticos, prescripción de tratamientos y seguimiento a los pacientes.
  • Formación y aprendizaje: Durante esta etapa dentro de la residencia, los médicos residentes, adquieren experiencia práctica a través de la rotación por múltiples servicios y especialidades médicas. Además, también participan en actividades de enseñanza y aprendizaje, asisten a conferencias, seminarios y cursos de formación, todo ello, con la intención de que este período sea de formación intensiva y constante.
  • Investigación: Su colaboración con otros profesionales de la salud, en la recopilación y análisis de datos, en la redacción de artículos científicos y en la presentación de sus hallazgos en congresos y reuniones científicas, les da la oportunidad a los residentes, de participar activamente en proyectos de investigación clínica.
  • Participación en equipos multidisciplinarios: A raíz de su trabajo en equipos de atención médica multidisciplinarios, los residentes tienen la oportunidad de colaborar con otros profesionales de la salud, como enfermeros, farmacéuticos, fisioterapeutas, entre otros. Esto hace, que su participación en reuniones de equipo, se caractericen por discutir casos clínicos y contribuir a la toma de decisiones conjuntas.
  • Emergencias y cuidados críticos: los médicos residentes pueden participar en equipos de respuesta rápida o trabajar en unidades de cuidados intensivos, donde atienden a pacientes en estado crítico y toman decisiones médicas urgentes, por lo que, adquieren habilidades para manejar situaciones de emergencia y ofrecer cuidados críticos a los pecientes.
  • Docencia: transmiten los conocimientos y habilidades que van adquiriendo durante la residencia, a través de la supervisión, enseñanza y formación a otros profesionales de la salud, como estudiantes de medicina o médicos en prácticas.

Es importante resaltar, que las funciones del médico residente pueden tener variaciones, según la especialidad y el servicio en el que se encuentren. Otro dato fundamental por destacar es que los médicos residentes trabajan bajo la supervisión y la responsabilidad de médicos especialistas experimentados, quienes se encargan de garantizar la calidad y seguridad de la atención médica brindada por estos.

Dentro de esta etapa, los médicos residentes cuentan con una figura muy importante y destacable dentro de su desarrollo formativo, dicha figura es el Tutor de residentes, quien es el principal responsable de la planificación, gestión, supervisión y evaluación del proceso formativo del residente, favoreciendo el autoaprendizaje.

En este proceso formativo, se van asumiendo progresivamente responsabilidades en la especialidad que está cursando. Y de manera paralela, la supervisión que recibe por el personal docente irá disminuyendo hasta el punto de que el residente llega a ser especialista.

A menudo, al hablar del tutor se hace referencia a distintas figuras docentes con diferentes funciones, si bien, legalmente se define al tutor como «…el especialista en servicio activo, que, estando acreditado como tal, tiene la misión de planificar y colaborar activamente en el aprendizaje del residente, para la adquisición de las competencias, según el programa de la especialidad de que se trate.»

Habilidades deseadas para el puesto

Desde hace muchos años, la globalización hace que la humanidad experimente transformaciones significativas y complejas, en el caso de la sanidad, esto se proyecta en la necesidad de equipos de profesionales sanitarios competentes, con conocimientos y habilidades necesarias para ofrecer la mejor atención y cuidados a los pacientes y a la población en general, siendo capaces de adaptarse al medio y a las circunstancias en las que lleve a cabo sus funciones.
Dentro de las habilidades fundamentales de un médico residente, se pueden destacar las siguientes:

  • Conocimiento médico: los médicos residentes deben tener un conocimiento sólido de la medicina en general. Deben estar actualizados con los avances científicos y las practicas clínicas recientes.
  • Habilidades clínicas: son determinantes para realizar evaluaciones precisas, diagnosticar enfermedades y desarrollar planes de tratamiento apropiados y acordes a las necesidades requeridas, incluyendo esto, la capacidad de realizar exámenes físicos, interpretar pruebas de laboratorio, diagnóstico por imagen y llevar a cabo procedimientos médicos básicos.
  • Toma de decisiones: implica la capacidad y habilidad de priorizar las necesidades médicas, evaluar los riesgos y beneficios de diferentes opciones de tratamiento y consultar con otros profesionales de la salud cuando sea necesario. Demostrando con ello, que es capaz de tomar decisiones clínicas acertadas y rápidas, evaluando la información disponible y considerando los mejores intereses del paciente.
  • Comunicación efectiva: la habilidad de comunicarse de manera clara y efectiva con los pacientes, sus familias y otros miembros del equipo médico, implica poder escuchar activamente, explicar diagnósticos y planes de tratamiento de forma coherente y comprensible, transmitiendo apoyo emocional a los pacientes y sus familias.
  • Trabajo en equipo: teniendo en cuenta que su trabajo se basa, en una estrecha colaboración con otros profesionales de la salud, entre los que se encuentran enfermeras, médicos, personal de apoyo, etc., los médicos residentes, deben tener la capacidad de trabajar de manera efectiva en equipos multidisciplinarios, compartir información relevante, colaborar en la toma de decisiones y mantener una comunicación clara y directa con los demás miembros del equipo.
  • Ética y profesionalidad: en la práctica médica diaria, los residentes deben tener altos estándares éticos y profesionales. Reflejándose ello, en el respeto a la confidencialidad de los pacientes, en el seguimiento idóneo de las normas y regulaciones médicas y en la demostración de empatía y respeto hacia los pacientes, sin importar su origen, su género o su condición social.
  • Gestión del tiempo: los residentes deben tener la capacidad de manejar eficientemente su tiempo y priorizar las tareas en un entorno clínico dinámico y en constante movilidad. Por lo tanto, debe tener la suficiente habilidad para organizar y completar tareas clínicas, administrativas y de educación médica continua dentro de los estándares y plazos establecidos.

¿Cuándo se consigue ser residente en Medicina?

En España, para convertirse en médico residente, es necesario pasar por un proceso de selección y obtener una plaza en un programa de formación especializada.

Generalmente, dicho proceso incluye una prueba escrita, denominada examen “MIR” (Médico Interno Residente), la cual evalúa los conocimientos médicos y habilidades de los aspirantes. El examen MIR, se puntúa través de dos componentes: la nota del examen y el baremo académico. La nota del examen supone el 90% de la puntuación final y el baremo académico el 10% restante.

El MIR tiene doble naturaleza jurídica:
– Laboral, de la que se deriva la obligación de realizar una prestación u obligación asistencial, cuyo origen es el contrato que le vincula a la institución sanitaria.
– Docente, de la que se deriva el derecho y deber a recibir una formación.

Una vez que el aspirante se presente y apruebe el examen, éste podrá solicitar y optar a una plaza en una especialidad médica. La disponibilidad de las especialidades médicas varía cada año, dependiendo de la oferta y demanda en cada convocatoria.

La duración de la residencia oscila entre los 4 y 5 años, dependiendo de la especialidad elegida.

En España existen un total de 49 especialidades médicas divididas en clínicas, quirúrgicas, médico-quirúrgicas y de laboratorio.

Una vez asignado a un programa de residencia, el médico residente comienza su formación especializada en el hospital o centro de salud correspondiente.

En el caso de los ciudadanos extracomunitarios, antes de realizar el proceso anteriormente mencionado, es imprescindible que homologuen su título universitario de medicina en España.

¿Cuál es el sueldo medio de un médico residente en España?

El sueldo de un médico residente en España está regulado por el Ministerio de Sanidad y varía según el año de residencia y la especialidad médica.

En la convocatoria que publica el Ministerio a través del BOE (Boletín Oficial del Estado), se recoge la siguiente información sobre la retribución de los residentes que presten servicios en las entidades titulares docentes dependientes del Sistema Nacional de Salud, de acuerdo con lo que se determine en las respectivas leyes de presupuestos, la cual comprenderá los siguientes conceptos:

  •  Sueldo, cuya cuantía será equivalente a la asignada, en concepto de sueldo base, al personal estatutario de los servicios de salud en función del título universitario exigido para el desempeño de su profesión, atendiendo, en el caso de los residentes, al exigido para el ingreso en el correspondiente programa de formación.
  • Complemento de grado de formación, cuya percepción se devengará a partir del segundo curso de formación. Estará destinado a retribuir el nivel de conocimientos, así como, la progresiva adquisición de responsabilidades en el ejercicio de las tareas asistenciales. Su cuantía será porcentual respecto al sueldo. Los porcentajes serán los siguientes:
    • 1.º Residentes de segundo curso: 8 por ciento.
    • 2.º Residentes de tercer curso: 18 por ciento.
    • 3.º Residentes de cuarto curso: 28 por ciento.
    • 4.º Residentes de quinto curso: 38 por ciento.
  • Complemento de atención continuada, destinado a remunerar la atención a los usuarios de los servicios sanitarios de manera permanente y continuada.
  •  Se percibirá un plus de residencia en aquellos territorios en los que esté establecido.
  •  Los residentes percibirán dos pagas extraordinarias que se devengarán semestralmente, en los meses de junio y diciembre, abonándose junto al salario correspondiente a dichos meses. El importe de cada una de ellas será, como mínimo, de una mensualidad del sueldo y del complemento de grado de formación.

A continuación, se proporciona una estimación general de los sueldos mensuales brutos para los residentes en el año 2021:

  • Primer año de residencia (R1): alrededor de 1400-1500 euros brutos mensuales.
  • Segundo año de residencia (R2): alrededor de 1550-1650 euros brutos mensuales.
  • Tercer año de residencia (R3): alrededor de 1700-1800 euros brutos mensuales.
  • Cuarto y quinto año de residencia (R4, R5): alrededor de 1900-2000 euros brutos mensuales.

Además del sueldo base, los médicos residentes también pueden percibir complementos por turnicidad (trabajo en horarios nocturnos y festivos) y guardias médicas, que pueden aumentar la cifra de sus ingresos.

Estas cifras son solo una estimación y pueden variar dependiendo de las circunstancias individuales y los acuerdos específicos de cada comunidad autónoma.

Contrato de un MIR: estas son las condiciones

Las condiciones de contrato para un médico residente en España pueden variar dependiendo de la institución y la especialidad médica, por lo tanto, a continuación, se ofrece un resumen de las condiciones generales que deberían aplicarse:

  1. Jornada laboral: la jornada de trabajo para un médico residente suele ser de 37.5 horas semanales, aunque puede haber variaciones dependiendo del hospital o centro de salud.
  2. Remuneración: el sueldo mensual varía según el año de residencia y la especialidad. El salario se establece en el convenio colectivo correspondiente y puede incluir complementos por guardias y otros conceptos.
  3. Duración del contrato: esta suele ser de 4 o 5 años, dependiendo de la especialidad. Al terminar la residencia, se obtiene la especialidad médica reconocida oficialmente.
  4. Descansos: los residentes tienen derecho a descansos diarios, semanales y vacaciones anuales. Los descansos semanales suelen ser de 36 horas consecutivas y las vacaciones varían según el año de residencia y las políticas de cada institución.
  5. Formación: Durante el transcurso de la residencia, los médicos reciben formación teórica y práctica supervisada, además pueden participar en actividades de investigación y asistir a congresos o cursos relacionados con su especialidad.
  6. Guardias: estas actividades que consisten en períodos de trabajo nocturno o en fines de semana y festivos, suelen estar remuneradas aparte y se establecen límites en cuanto al número máximo de horas trabajadas y los descansos posteriores.

 ¿Los médicos residentes son estudiantes o trabajadores?

En España, un médico residente es considerado tanto estudiante como trabajador, ya que, durante la etapa de residencia, los médicos están llevando a cabo su formación especializada, adquiriendo conocimientos y habilidades prácticas en su respectiva especialidad médica. Por lo tanto, se les considera estudiantes en el sentido de que están en proceso de aprendizaje y formación continua.
Sin embargo, el realizar tareas y tener responsabilidades propias de un profesional médico en el entorno clínico, también lo implica a ser considerado trabajador.
Es importante destacar que los residentes cuentan con un contrato laboral y reciben una remuneración por sus servicios. Asimismo, están sujetos a derechos y obligaciones laborales establecidos en el convenio colectivo correspondiente, como el régimen de descansos, vacaciones y otras condiciones laborales.
En definitiva, un médico residente en España se encuentra en una situación dual como estudiante y trabajador, combinando la adquisición de conocimientos médicos especializados con la práctica clínica bajo supervisión.

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